Hace mucho
tiempo cuando recién se había creado la gran masa de agua llamada océano. Un
día la reina masa pidió voluntaria mente quienes se ofrecían para investigar
que había en lo profundo del océano, fueron muchos los que se ofrecieron y
apenas entraron en el océano se dieron cuenta que no había nada, solo unas
masas que tenían cierto parecido a las ramas y las llamaron vegetación marina.
Las masas al entrar cada vez más al océano se les dificultaba respirar y por
más que hacían esfuerzos no podían salir del océano ya estaban sufriendo síntomas de ahogo.
La sabia
naturaleza acudió a ellas y les dio la facultad de poder respirar en el océano
y así nació la primera familia de masas móviles acuáticas.
La delfina
la masa móvil acuática más inteligente echaba de menos la superficie y de
intento en intento logro salir. Se dirigió donde la reina masa y le explico lo
que sucedía ella escucho atentamente, llamo a todos sus sucesores para ver que
podían hacer por las masa móviles que habían entrado al océano por órdenes
suyas.
Sus asesores
no tuvieron respuesta satisfactoria.
La princesa
materia enterada del asunto dice: mi reina creo que podemos hacer algo.
Con la ayuda
de los átomos para que creen familias numerosas moléculas, y en las sustancias
como líquidos, darle la propiedad que ante cualquier presencia de una masa
ajena a ellas, las empujen hacia arriba.
Pero el
señor peso se opondría a que alguien le haga competencia por que él se encarga
de empujar las masas hacia abajo. La solución para que el señor peso aceptara
la propuesta era un chantaje de la reina masa que si no aceptaba llamaba a
gravedad y no le dejaría salir del palacio así el señor peso no podría
presentarse en el mundo.
Delfina y la
fuerza desconocida entran al océano y entre más profundo más se encuentran a las
masas móviles inmediatamente al ellas entrar en contacto se pueden desplazar y
la fuerza desconocida las empuja hacia arriba.
Así fue como
todas las masas acuáticas pudieron desplazarse en el agua y a la fuerza
desconocida le llamaron fuerza de empuje.
El señor
peso apenas se enteró de la existencia de la fuerza de empuje fue a reclamar a
la reina masa.
La reina
masa le dice: si te niegas a la existencia de fuerza de empuje llamare a
gravedad y le diré que nunca más te acompañe en tus andanzas, entonces no tendrás
sentido y habrás de desaparecer. El
señor peso no tuvo más opción que aceptar los designios de la reina de lo
contrario si existencia llegaría a su fin.
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